miércoles, 9 de marzo de 2016

Cuba condena el asesinato político de la dirigente Lenca Berta Cáceres

Terminó el acto de homenaje a Berta Cáceres y denuncia de su asesinato, realizado en la sede del Centro Memorial Dr. Martin Luther King Jr. en La Habana.

Las organizaciones sociales cubanas decidieron emitir una declaración conjunta que les enviamos, junto a algunas fotos.

Las organizaciones sociales y de masas de la Revolución Cubana que acompañamos los esfuerzos articuladores y de lucha por la justicia social y unidad entre nuestros pueblos,
que recorremos el camino de la dignidad y la esperanza, quienes compartimos la batalla contra el imperialismo y la opresión al lado de nuestros hermanos y hermanas de las organizaciones y movimientos populares en América Latina y el Caribe, manifestamos nuestra más profunda indignación y firme condena por el asesinato de la líder de la comunidad lenca, coordinadora del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH) y defensora de los derechos humanos, nuestra hermana Berta Cáceres. 

Hoy amanecimos con la triste noticia de otro muy doloroso suceso en Honduras, duro como aquel que nos arrebató a ese país de su incipiente proceso de cambios. Hoy se trata de una querida luchadora social, que no ha fallecido por causas naturales, sino por la inhumana codicia de silenciar a quienes son capaces de levantar a los pueblos oprimidos. Sicarios que sienten miedo porque no tenemos miedo.

Este suceso atroz demuestra una vez más que las amenazas de muerte contra defensores de los derechos sociales y medioambientales se mantienen latentes y no han cesado en ese país centroamericano. Este crimen político constituye una afrenta no solo para Honduras, sino para todos los pueblos del continente y del mundo.

Según el Informe ¿Cuántos más? de Global Witness, entre 2002 y 2014 se produjeron 111 asesinatos de activistas ambientales en territorio hondureño. Más de 80 tuvieron lugar sólo en los últimos tres años en el Bajo Aguán, región donde Berta Cáceres puso en peligro su vida y no estuvo ajena a actos de hostigamiento y amenazas. Las comunidades indígenas lencas, quienes habitan el occidente hondureño, luchan en defensa de su territorio ancestral que se ve amenazado por proyectos hidroeléctricos y mineros aprobados por el gobierno sin previa consulta. 

Exigimos que los autores intelectuales y materiales sean castigados con todo el peso de la ley. Que este lamentable asesinato político no quede impune. Que cese en Honduras la criminalización de la protesta social. 

Bertica, como la llamaremos siempre, supo ganarse el cariño y respeto de quienes tuvimos el privilegio de conocerla. Supo defender los derechos de las mujeres, de los indígenas, de los campesinos, aprendió el sentido de la justicia, y por ellos entregó prematuramente su muy fértil vida. Ni hostigamientos, ni persecución, ni amenazas pudieron detener su firme determinación. Su única arma era la voz, nunca anduvo armada, la amenazaron y asesinaron por su capacidad para resistir, convocar y vencer. 

En la tradición lenca, en los ríos residen los espíritus femeninos y las mujeres son sus principales guardianas. Por esta decisiva causa recibió el Premio Medioambiental Goldman el pasado año, el máximo reconocimiento mundial para activistas del medio ambiente y la defensa de la naturaleza. Al recibir ese justo galardón, en sus palabras denunció las constantes amenazas a su integridad personal y de su familia.

En su activo rol dentro del proceso de acompañamiento y compromiso social integró la Convergencia de los Movimientos de los Pueblos de las Américas (COMPA), la red Grito de los Excluidos y la Articulación Continental de Movimientos Sociales hacia el ALBA, entre otros espacios de unidad. 
Llegue a todos los familiares, amigos, compañeros de lucha, al pueblo de Honduras el dolor que compartimos por el asesinato de nuestra querida compañera Berta, el pesar que va acompañado del más enérgico rechazo ante hechos condenables que nos indignan y nos comprometen, cada día más, a seguir al lado de los humildes y para los humildes. 

Hoy los ríos de Honduras, esos que conectan con los llanos y montañas, con la sangre derramada por sus más nobles hijos, con las venas abiertas de América Latina, lloran. Lloran por la ausencia de una de sus más firmes y consecuentes guardianas.


El crimen y la injusticia nos reafirman que no queda otro camino que continuar la lucha.

¡Juicio y castigo a los cobardes asesinos!
¡Berta Cáceres, PRESENTE!
¡Berta vive, la lucha sigue!
¡HASTA LA VICTORIA SIEMPRE!

La Habana, 3 de marzo de 2016

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