miércoles, 9 de julio de 2014

¿Por qué “se rinde” BNP Paribas?

Después de semanas de negociaciones, el banco francés BNP Pa­ribas podría tener que pagar al Departamento del Tesoro estadounidense una multa de entre ocho y nueve mil millones de dólares, acusado de violar las sanciones contra Cuba, Irán y Sudán.

Pero el castigo no queda ahí. Según The Wall Street Journal, BNP Paribas deberá despedir a unos 30 empleados, y tendrá que declararse culpable de haber cometido un “de­lito penal”. Además, durante un tiempo, perderá su licencia para operar en Estados Unidos.



Aunque aún las partes están negociando, todo parece indicar que el banco saldrá por la puerta estrecha, en un asunto que ha sido fuente de tensión entre los gobiernos de París y Washington.

Incluso el mandatario galo, Fran­çois Hollande, tomó cartas en el asunto, y advirtió que la reprimenda era “desproporcionada”.

Pero lo que se ha estado discutiendo es el tamaño de la multa, y no el hecho de que Estados Unidos im­ponga leyes extraterritoriales que violan el derecho internacional.

¿Por qué BNP Paribas está dispuesto a pagar? ¿Qué mecanismos utiliza Washington para hacer cumplir penas como esta?

Granma hizo esas preguntas al doctor en Ciencias económicas Luis René Fernández Tabío, del Centro de Estudios Hemisféricos y sobre Es­ta­dos Unidos (Cehseu) de la Uni­ver­sidad de La Habana.

“Las sanciones establecidas a países específicos como Cuba, Irán y Sudán, tienen impacto transnacional porque involucran tecnología, empresas o subsidiarias. Y en este caso el empleo de la moneda estadounidense en las transacciones, algo específicamente penalizado co­mo parte de esas sanciones contra países declarados por razones políticas como ‘terroristas’”.

Los Estados que Washington —de forma arbitraria y unilateral—, incluya en su lista de “patrocinadores del terrorismo internacional”, tienen pro­­hibido realizar transacciones financieras sin licencia, algo que se complica por ser el dólar estadounidense la principal moneda.

“La economía ha sido globalizada y la esfera especulativa es el segmento dominante de las relaciones capitalistas, sobre todo en lo que respecta a los movimientos de capital y las transacciones financieras entre sus grandes centros, como Estados Unidos, Japón y la Unión Europea (UE)”, señaló Fernández. Datos de 2013 confirman que en más del 80 % de las transacciones en el mundo interviene la moneda estadounidense.

El comercio trasatlántico es también “esencial”, señaló el especialista en temas económicos. Se ha estimado en datos de 2010 que el intercambio comercial “intra-firma” (realizado entre empresas transnacionales) representó el 60 % de todas las importaciones de Estados Unidos desde la UE y 30 % de sus exportaciones se dirigen hacia el bloque europeo.

El intercambio de bienes, por el alto valor de los mismos, significa aproximadamente la mitad del valor de esos flujos a escala mundial.

“Es decir, las relaciones financieras y comerciales entre estos dos centros del capitalismo son las mayores del mundo, aunque también se trata de una relación política”, concluye Fernández. “En este eje de relaciones, la balanza de poder se inclina a favor de Estados Unidos y Francia en ese ámbito no es más que un país dentro de la UE”.

“Los gobiernos de los países o los parlamentos europeos pueden oponerse a las sanciones econó­mi­cas. Cuba tiene una larga experiencia al respecto. Naciones Unidas vota abrumadoramente todos los años a favor de la resolución contra el bloqueo, pero la mayoría de las empresas, corporaciones y bancos de esos mismos países tratan de no desafiar las sanciones norteamericanas, por las afectaciones que tendrían sobre sus negocios”.

“Los gobiernos extranjeros no pueden ofrecer protección efectiva a sus bancos y empresas, no solamente frente a la política del gobierno de Estados Unidos y sus sanciones, sino frente al “gobierno de las finanzas mundiales” y “las asimetrías que allí se expresan”.

Rechazar de plano esas sanciones —señala Fernández—, supondría quedarse fuera del circuito más importante de las finanzas y correr el riesgo de no tener acceso al mayor mercado del mundo.

“En una economía global, un banco de tal magnitud no se plantea enfrentar tal desafío, sino negociar lo mejor posible y es lo que está ocurriendo, aunque en realidad sea humillante para la banca francesa, pero los intereses económicos prevalecen”.

“Por último, las sanciones aplicadas y cobradas, son ingresos al presupuesto de las instancias del gobierno de Estados Unidos involucradas, lo cual es un incentivo en momentos de restricciones presupuestarias”.

Autor:  | dalia@granma.cu

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