miércoles, 28 de mayo de 2014

Tocororo despide con honores a Luis Carbonell

A los 90 años de edad murió este sábado en La Habana Luis Carbonell, el Acuarelista de la Poesía Antillana. Luis Carbonell, nombre artístico con el que se conoce a Luis Mariano Carbonell Pullés nació en Santiago de Cuba, el 26 de julio de 1923. Destacado artista cubano, apodado como El Acuarelista de la Poesía Antillana gracias a su inigualable declamación. Sobresalió en el montaje de voces y un repertorista de sólidos conocimientos del trabajo con solistas, a los que ha acompañado como pianista.

Debido a su trayectoria artística, dentro y fuera del país, fue merecedor de los más importantes premios del arte en Cuba. En 1999, recibió la Réplica del Machete de Máximo Gómez como reconocimiento a su obra. En el 2003 le fue otorgado el Premio Nacional del

Humor y el Premio Nacional de Música.

Sendas ofrendas florales del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz y del General de Ejército, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Raúl Castro Ruz, fueron enviadas, para rendir tributo al entrañable artista, hasta la sala Villena de la UNEAC.

Miguel Díaz-Canel Bermúdez, miembro del Buró Político y Primer Vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros rindió homenaje a Luis Mariano Carbonell, acuarelista de la poesía antillana y gloria de la cultura nacional en la sala Villena de la UNEAC, lugar donde fue expuesto su cadáver.

Luis Carbonell, el Acuarelista de la Poesía Antillana y símbolo de la cultura cubana, ha dado su adiós definitivo, a los 90 años de edad, este sábado, a las 5 de la madrugada. La sala Villena de la UNEAC acogió su cadáver hasta las 3:30 de la tarde en que sus restos mortales fueron traslados al panteón familiar en la Necrópolis de Colón.

Díaz-Canel Bermúdez refirió que Carbonell representa una personalidad imprescindible de la cultura cubana. “Una generación como la mía —explicó— creció escuchándolo y admirándolo. Tuve la oportunidad de conocerlo personalmente en sus visitas a provincia donde ocupé determinadas responsabilidades, y siempre llegaba con su afabilidad, su decencia y su ética. Era un hombre muy ético y muy revolucionario, y defendió sin par la cultura cubana. Su muerte, que es un golpe para nuestra cultura, trasciende también nuestra nación y si alguien dijo que era el acuarelista del Caribe, realmente creo que el Caribe y América Latina están sintiendo también su pérdida.”

Abel Prieto Jiménez, Asesor del Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, también ofreció sus impresiones a la prensa sobre la pérdida de esta singular personalidad: “Esta es una figura sobre la que se sostiene la cultura cubana. Luis, con una trayectoria verdaderamente excepcional, un hombre con un compromiso con la defensa de nuestra identidad, de nuestras tradiciones, con una gracia natural, con un don para decir la poesía”.
Prieto destacó su tenacidad y voluntad de trabajo y lo recordó en un homenaje que se le hizo en Guanabacoa a Bola de Nieve, donde le declamó un poema escrito por Miguel Barnet. “Un hombre —acotó—que luchó contra sus problemas de salud para mantenerse activo, siempre creando, un símbolo de cubanía que perdemos físicamente. Esta es una de las más importantes pérdidas, que tiene la cultura cubana. Por suerte tuvo una larga vida y el cariño de su pueblo y pudo trabajar hasta el final de su vida. Estas son cosas que lo hacen afortunado”.
Con hondo pesar, familiares y amigos del Maestro lo acompañaron en estas horas de despedida, mientras se escucha su voz grabada ofreciendo su arte una vez más, al tiempo que un grupo de artistas interpretan junto a su ataúd canciones para honrarlo. Ofrendas florales de disimiles instituciones rodean los restos mortales del maestro Luis Carbonell, escoltado por un cuadro que le hiciera el artista de la plástica Erik Olivera, y que resultara una de sus más entrañables pertenencias.

Así han opinado sobre él, figuras destacadas de nuestra cultura:
“Luis es un símbolo de la cultura nuestra, alguien que supo decir la poesía de una forma única, seguirlo no quiere decir hacerlo como él lo hacía. Tenía un sentido musical, rítmico, su manera de decir es inimitable. Me deja la enseñanza del gran sacrificio que hay que hacer para aprender a decir, el rigor que hay que tener para poder decir la poesía.” (AldenKnight, actor y declamador).

“Fui el último que habló con él, y me habló del libro que yo escribí sobre su vida y su obra, y estaba muy emocionado. Después no recuperó más el sentido. Tengo la impresión de que se estaba despidiendo de mí. Es una figura extraordinaria. Si Guillén nos dejó la Elegía a Jesús Menéndezcomo una gran obra, también la interpretación que le hizo él es otra gran obra. No por gusto trascendió en otros países. Ojalá venga otra generación que se acerque al menos a su grandeza como declamador”. (Radamés Giro, investigador y musicólogo).

“El maestro es un icono de la cultura nacional, no solo como el declamador y colorista que fue de nuestra poesía, sino como maestro de grandes artistas, un Luis Carbonell más profundo. Su pérdida es tremenda pero deja una estela de creación muy grande. La cultura nacional tienen en él otro Ignacio Villa, otro Juan Formell. (Ulises Aquino, barítono).

Además de ser un excelente artista, un formador de generaciones, un hombre que dedicó su vida a formar vocalistas, era un ser humano maravilloso, muy alegre y culto ycualquier persona se sentía feliz de estar a su lado, oyendo sus anécdotas de la vida y de la cultura de este país. Creo que todos los cubanos podemos sentirnos felices de haber tenido en nuestra tierra a un ser humano como él.”(Enrique Molina, actor).

El poeta Miguel Barnet, Presidente de la UNEAC y miembro del Comité Central del Partido, tuvo a su cargo las palabras de despedida en la inhumación de su cadáver, en la Necrópolis de Colón.

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