jueves, 18 de abril de 2013

Palabras de la presidenta del Poder Electoral venezolano en el Acto de proclamación del presidente Nicolás Maduro


El evento de ayer constituye una prueba contundente del tipo democrático que Venezuela ha asumido como el modelo de convivencia social. Es posible expresar posiciones políticas claramente adversas, haciendo uso de la consulta popular a través del voto, sin que la violencia se imponga como el medio para dirimir conflictos.
Una inmensidad de ciudadanos y ciudadanas votaron, se manifestaron libremente en un sistema que hemos construido para garantizar que esa expresión tenga la seguridad y resguardo necesarios, frente a cualquier agresión.

El sistema electoral funcionó perfectamente y a cabalidad. Todo el  país es testigo de la rapidez con la que se llevó a cabo el proceso de votación. Pero además y para orgullo de todos y todas, a diferencia de otros procesos electorales en donde pasábamos las primeras horas atendiendo las eventualidades propias del inicio, en esta oportunidad  debemos decir que atendimos pocos eventos, menores en su totalidad y sin ninguna consecuencia grave que lamentar.
Nuestro sistema electoral es fuerte porque sus resultados demuestran como un evento electoral supervisado y auditado hasta la saciedad por parte de las organizaciones políticas, no tienen lugar a dudas. Los resultados nacen legitimados por la revisión permanente del sistema y ese es un valor reconocido por todas las partes en el país.
No quiero dejar de mencionar en defensa de todas y todos los funcionarios, porque son ellas y ellos, quienes hacen posible que ese sistema reconocido aquí y en el mundo, sea una herramienta cierta y eficiente de la democracia participativa y protagónica.
Resulta contradictorio el argumento que reivindica la fortaleza técnica del sistema de votación, como si se tratara de una entelequia aislada y etérea, que sin contacto humano alguno fuera capaz de funcionar en un proceso tan humano como lo es una elección.
Somos miles de personas, funcionarias y funcionarios de este Poder Electoral, 80 mil operadoras y operadoras, más de 140 mil miembros de mesa, y los miembros integrantes del Plan República, que trabajan en el proceso electoral al momento de la elección, hombre y mujeres que sin descanso y ante cualquier necesidad de la República movemos el aparato técnico, le damos vida y lo hacemos seguro, confiable y transparente. No es una maquina con voluntad propia, ni se trata  de un algoritmo que funciona por su cuenta. Somos personas quienes organizamos las elecciones, quienes garantizamos el voto, quienes auditamos, mostramos, revisamos y aseguramos el perfecto funcionamiento de un sistema electoral a la altura de una democracia tan exigente como la venezolana.
Somos esas personas a las que se agreden, a las que se insultan, a las que se amenazan, las que servimos la mesa de quienes hacen política. Somos personas, venezolanas y venezolanos igual que todos y todas. En consecuencia también tenemos derecho al respeto.
En ese sentido les exigimos respeto a todas las personas que han agredido a nuestras funcionarias y funcionarios, aquí en la sede central y en las oficinas regionales. Algunas han sido asediadas y nuestros compañeros y compañeras de trabajo amedrentados con la violencia.
Con gran orgullo y con una gran satisfacción debo aprovechar para, una vez más, darle las gracias  a los hombre y mujeres del Poder Electoral por la entrega, el compromiso tan grande que tienen con la democracia de este país y que hizo posible que en momentos exigentes de este país han sabido garantizar los procesos electorales que son convocados.
El respeto al árbitro es en sí mismo respeto por la democracia, por la constitución y la ley. ¿Cómo podemos convivir en sociedad si el mismo arbitro que certifica un triunfo reconocido ayer,  ahora frente a otro evento, administrado por las mismas personas y mecanismos, es convertido en el centro de los ataques y desde la más pura irracionalidad se pretende desconocer el Estado de Derecho?
Los resultados electorales en democracia no son producto del consenso. Son producto de voluntades, voluntades soberanas del pueblo, de las electoras y los electores que luego de ser cuantificadas expresan la mayoría. Calificar esta mayoría como grande o pequeña, no es competencia de este Poder Electoral. Nuestro trabajo es contar los votos emitidos de forma segura y totalizarlos de igual manera, para que al final del proceso, se anuncie quien tiene la mayoría. La discusión sobre su cualidad es parte del debate político y no es nuestro rol dirimirlo.
Hay que decir que la polarización no es sinónimo de enfrentamiento, y la contrastación de visiones sobre el país es también la discusión sobre qué tipo de sociedad queremos tener. De allí la inmensa responsabilidad que ante la gran participación registrada en el evento, tienen los candidatos que formaron parte de esta elección.
Venezuela recuerda como hemos atravesado momentos incluso más complejos que este. Desde el año 2000 tuvimos eventos electorales marcados por la tensión política, en donde pasamos por elecciones y referendos consultivos y revocatorios en climas de alta conflictividad social. Pasamos incluso por un golpe de Estado y lo superamos en beneficio de nuestra democracia. Ese periodo intenso fue normalizándose desde el año 2006 en una serie de procesos electorales para la escogencia de los diferentes cargos de elección popular, en donde unos ganaron y otros perdieron, algunas veces con resultados holgados y otros con resultados estrechos. De allí que nuestra invitación es para que nadie olvide que nuestro país es un campeón de la democracia, que ante momentos exigentes de la historia  ha demostrado su fortaleza a lo largo de todos estos años.
Es el país de la democracia más viva de América de la que se habla hoy. Les corresponde entonces a los lideres ejercer su liderazgo para estar a la altura de esta democracia, de este pueblo campeón en democracia. Es el papel de los grandes dirigir al pueblo para procurar siempre su bienestar y la paz de todos y todas. La tranquilidad del país está en el respeto por la Constitución y la Ley.
Presidente electo, tiene usted una gran responsabilidad ante el momento histórico que se desarrollo luego de las lamentables circunstancias por las cuales fue convocada esta elección, pero especialmente luego de las situación que ha sido planteada a partir del anuncio de resultados.
El candidato Capriles ha anunciado desde anoche exigencias a este Poder Electoral y ha desconocido los resultados anunciados por este organismo. Esa es su decisión. Pero en Venezuela existe un Estado de Derecho que debe ser respetado. Las diferencias sobre los actos emitidos por el órgano electoral tienen su camino jurídico y por tanto el candidato debe acudir a las instancias correspondientes.
Entre las exigencias que ha anunciado en los medios de comunicación se encuentra lo que el ha llamado “el reconteo de votos” a través de un conteo manual del 100 por ciento de los comprobantes de voto contenidos en las cajas de resguardo, mediante lo cual se pretende regresar al tan vulnerable escrutinio manual, una práctica que lesionó por décadas la voluntad de las electores y electoras en Venezuela.
Los venezolanos y las venezolanas saben que el voto en nuestro país es automatizado y que los comprobantes constituyen un medio para la verificación del perfecto funcionamiento del sistema, de forma que el elector o la electora verifica que su voto fue registrado en el sistema de votación de manera idéntica a la opción reflejada en la pantalla de la máquina. Los votos en Venezuela son datos registrados en la memoria de la maquina y los comprobantes solo cumplen la función de un recibo.
La verificación ciudadana que se hace con los comprobantes del voto se lleva a cabo con una proporción estadística que en cualquier lugar del mundo se considera excesiva. El 54 por ciento de las cajas de resguardo fue auditado, pero también se llevaron a  cabo 14 auditorías antes y durante el proceso, por lo que si hubiere algún elemento que para cualquiera de las partes deba ser impugnado, allí están las vías legales para hacerlo.
No será el acoso, la amenaza o el amedrentamiento la vía para recurrir los actos del Poder Electoral. Es la Constitución y la Ley la única ruta que respetan los verdaderos demócratas.
Quiero aprovechar la oportunidad para rechazar categóricamente las declaraciones del Departamento de Estado y del Secretario General de la OEA. Es un acto injerencista que busca intervenir la soberanía nacional. Y desconocen de manera campante el ordenamiento jurídico interno. Cuando en el año 2000 el candidato presidencial Al Gore quiso el recuento de sus votos, no hizo ni un acuerdo con Bush, su candidato contendor, ni a través de solicitudes televisadas. El Sr Gore recurrió ante la Suprema Corte del Estado de Florida como corresponde con el ordenamiento jurídico norteamericano de cual estoy segurísima estos voceros injerencistas son respetuosos.
Estamos convencidas que en Venezuela se puede debatir en paz. Que aún cuando las masas políticas del país contrastan proyectos distintos, la voluntad de nuestro pueblo siempre será la paz, la voluntad de nuestro pueblo que con voz clara y contundente se expresó en el día de ayer, y aún en la divergencia, el valor más alto de la sociedad venezolana siempre será la capacidad de ver en el otro y en la otra que piensa distinto, el rostro de un hermano, de una hermana venezolana. Muchísimas gracias.
Tibisay Lucena
Presidenta del Poder Electoral
Caracas, 15 de abril de 2013

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