lunes, 18 de febrero de 2013

Más allá de las cifras


Amanecemos y los medios nos cuentan el mundo. En el aluvión de titulares de los últimos días destaca una cifra que desafía el simple análisis matemático: el 48,86 % de los diputados al parlamento cubano son mujeres. La mayor representación femenina desde la constitución de la Asamblea Nacional. Es un acontecimiento que no podía pasar sin la mirada del Secretariado Nacional de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) y que deseamos compartir con nuestro pueblo.
Las 299 diputadas recién electas no llegan a sus escaños como resultado de una política de cuotas, estrategia que se utiliza en varios países del mundo para propiciar la equidad de género. Están en la Asamblea por mérito propio y
reconocimiento popular. Ellas son expresión del desarrollo alcanzado en todos los ámbitos de la vida económica, política y social del país impulsado por la Revolución dentro de la Revolución, que ha sido el proceso por la igualdad de derechos, posibilidades y oportunidades entre mujeres y hombres.
Un análisis del Mapa Mundial de la Mujer en la Política 2012 nos permite apreciar la relevancia de este hecho más allá de nuestras fronteras: el promedio de parlamentarias a nivel global no alcanza el 20 %. El 48,86 % nos sitúa, entonces, como uno de los países con mayor representación femenina entre los parlamentos del mundo.
Nuestras parlamentarias tienen experiencias disímiles, diferentes edades, variadas profesiones. Entre ellas encontramos desde una joven atleta con discapacidad, obreras, estudiantes y ministras, hasta una líder religiosa. Aportarán sus vivencias, talento y patriotismo en el ejercicio del poder popular en momentos de gran trascendencia para nuestro país.
Les corresponderá realizar su máximo esfuerzo. Desde su condición de federadas deberán asumir las misiones encomendadas durante el periodo y accionar para honrar la confianza depositada en ellas, que representan lo más genuino de la sociedad cubana.
En el caso de las Asambleas Provinciales son delegadas el 50,5 %, una cifra sin precedentes. Nunca antes las mujeres habían sido mayoría en esta instancia de gobierno. Y si vamos más allá constatamos que diez compañeras son Presidentas Provinciales y siete Vicepresidentas. En las provincias de Matanzas, Mayabeque y Las Tunas ambas responsabilidades están ocupadas por mujeres. Sin embargo, no ha sido un salto abrupto ni forzado. Tanto en el Parlamento, como en las Asambleas Provinciales, la presencia femenina ha ido en aumento de manera paulatina, pero sostenida.
Por otra parte, si nos detenemos en el proceso electoral, es mayoritaria también la presencia de mujeres en todos los eslabones y momentos de los comicios.

COSECHANDO LO QUE SEMBRAMOS
Los resultados de estas elecciones generales del Poder Popular son la consecuencia de la articulación de la voluntad política del Estado cubano para llevar adelante el desarrollo de la sociedad en condiciones de igualdad, la labor de la Federación de Mujeres Cubanas que ha promovido desde la legislación, el activismo y el trabajo comunitario, los derechos y el protagonismo de las cubanas, el pensamiento profundamente humanista de Fidel y la impronta singular de Vilma Espín.
Recurramos nuevamente a las estadísticas para ilustrarlo: el 63 % de la matrícula universitaria, más del 60 % de la fuerza técnica y profesional, más del 70 % de los fiscales en la actualidad en nuestro país son mujeres. Constituyen también mayoría en sectores claves como la salud y la educación. En la investigación científica resultan una fuerza significativa. Contrastemos estos datos con el censo de 1953, donde apenas el 12 % de la población femenina realizaba trabajos remunerados.

CAMINO POR ANDAR
Sin embargo, una mirada a la integración de las Asambleas Municipales en estas elecciones, las que se conforman totalmente con delegados elegidos desde la base, evidencia que aún subsisten algunos obstáculos subjetivos para la promoción de la mujer.
En esta ocasión las mujeres alcanzaron el 33,6 %. Es cierto que la cifra es casi cinco veces superior a la de las primeras elecciones en 1976 donde apenas resultó electo un 8 % de mujeres, pero si la comparamos con los porcentajes, ya mencionados, en las Asambleas Provinciales y el Parlamento, aún existe una brecha.
El desafío para la sociedad cubana hoy está en la subjetividad de hombres y mujeres. No son suficientes la voluntad política y una legislación de avanzada que promueve la igualdad cuando nos enfrentamos a juicios de valor, costumbres, estereotipos y prejuicios arraigados en las tradiciones y la cultura. Y aunque mucho se ha logrado en 50 años, es un espacio de tiempo pequeño si lo comparamos con 500 de una cultura judeocristiana occidental edificada sobre la exclusión y la subordinación de las mujeres.
Por ello es necesario continuar desde todos los ámbitos de la sociedad, incluyendo a la familia, los medios, la comunidad, la escuela, cada delegación de la FMC, la labor para eliminar estereotipos y prejuicios, como lo reflejan los objetivos aprobados por la Conferencia Nacional del Partido.
EL PASO MÁS LARGO
Para la FMC constituye tarea priorizada la atención a estas mujeres que representan al pueblo, desde las circunscripciones hasta el Parlamento, para que realicen una gestión exitosa. En cada lugar se pueden desplegar muchas iniciativas: intercambios, talleres de capacitación, apoyarlas en su desempeño y el reconocimiento en su comunidad y su familia.

Dice un proverbio chino que el primer paso es el más largo. Las cubanas junto a su Revolución lo dieron hace más de 50 años. La pujante presencia de mujeres en los órganos de gobierno continúa esa marcha.

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